Revista Magazine, ni idea de la fecha.

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Isabel vive en el camino de La Parrá, en Guadiaro. Hace poco se ha enterado de que el ayuntamiento de San Roque va a recalificar el terreno en el que habita desde hace setenta y muchos años, la casa en la que nació y en la que vivieron sus padres, el cortijo en el que viven sus animales y en el que cultiva su huerta. En su terreno y en los adyacentes se va a construir un campo de golf.

Espero que la intención no fuera sorprender, porque eso pasa en toda España. Es una contrapartida de usar el término "interés social" para justificar los robos institucionalizados al puro estilo soviético (por mucho que Franco introdujera la ley). "Interés social" puede ser cualquier cosa.

Le han dicho que a cambio se le concederá una casa en una lujosísima urbanización de Sotogrande, en la que evidentemente no podrá criar ovejas gallinas o caballos, ni mucho menos cultivar tomates. Para colmo, el valor de la casa que le ofrecen parece inferior al de su terreno, y aunque le insistan en que es igual o superior, el caso es que nadie se ha parado a tasar lo obvio, el hecho de que los recuerdos sentimentales que puede albergar una casa en la que han crecido varias generaciones de la misma familia poseen un valor que excede con mucho al de un chalet de lujo con yacursi.

Lo siento, en la ley no aparece el valor sentimental como algo tasable, con bastante acierto, porque ni entonces ni ahora existen sentimentómetros. Luche contra la enfermedad, no contra el síntoma: pida la derogación de esa ley franquista con tufo soviético. Una Ley de Expropiación Forzosa sensata sería eliminar todos los procedimientos generales de la actual, y alguno de los especiales.


En mi opinión, sólo debería quedar el supuesto de la defensa y seguridad del estado. ¿Alguien quiere el terreno de Isabel? Que pague lo que ella pide. Justo y sin necesidad de sentimentómetros. Aunque quizá demasiado liberal para usted.

Hace dos veranos, el cauce del río Guadiaro apareció seco y cubierto de peces muertos. Ancianos como Isabel creyeron ver en este hecho el fin del mundo porque, decían, nunca, jamás, se había visto en el pueblo un hecho semejante. Se desató una epidemia masiva de gastroenteritis. Isabel, sin ir más lejos, se pasó veinte días sin salir de la cama y por poco se muere. ¿La razón? El agua corriente se había contaminado. A causa del genocidio ictícola también han desaparecido sin remedio, y para siempre, numerosas especies endémicas de la zona.

Por partes. No entiendo la relación entre el agua corriente contaminada y la sequedad del río. ¿Desaparición de numerosas especies endémicas "de la zona"? Obviamente no menciona ninguna especie, porque sería muy extraña la desaparición de tantas especies de forma tan localizada y unísona en un lugar donde lo que no está urbanizado, o está cultivado o campodegolfeado. Me consta que en el Parque Nacional de Sierra de Grazalema el Guadiaro no se ha secado, y está a tiro de piedra de San Roque y Guadiaro, como quien dice. En cualquier caso, si hay que echar la culpa a alguien, habría que empezar por la contra natura de los cultivos de regadío en zonas de secano. O quizá a otra cosa ;)

La razón de este drama se remonta a una decisión tan desafortunada como el desvío temporal de agua del Río Guadiaro a los municipios de la Costa del Sol, que, debido a la masiva ocupación turística, se habían quedado sin agua. En la zona no hay agua, y si no hay agua a día de hoy tampoco la habrá mañana para regar el proyectado campo de golf que ha servido de excusa para que quieran arrebatarle ilegalmente a Isabel su casa. Y digo ilegalmente porque cuando ciertas leyes creadas por los hombres van en contra del más elemental sentido común y de la ética un papel presuntamente legal puede ser a mis ojos ilegal. Y a los de cualquiera.

Sí, puede ser por eso. También puede ser por lo que evidencia esta toma aérea de Guadiaro.




Todos con piscinitas. Claro, la ocupación turística es de los del pueblo de al lado, aquí todos tienen piscinas porque... porque... porque son nadadores profesionales, luego se van a veranear a Madrid.

El boom de la construcción de la última década ha tenido efectos devastadores para el suelo, para el medio ambiente y para el tejido social. La única manera de frenar lo que ya es una catástrofe ecológica sin precedentes y un enorme escándalo de corrupción masiva sería crear una ley que gravase la compra y venta de viviendas y terrenos con fines especulativos por parte de una sola empresa. De esta forma, cuando la construcción no fuese rentable y no sirviese tampoco para blanquear dinero procedente de mafias de todo el mundo el poderoso caballero Don Dinero no podría sobornar a concelajes (as) de urbanismo, alcaldes (as), fiscales y jueces. Lo que sabemos de Marbella no supone ni el pico de la punta del enorme iceberg de corrupción y especulación en el litoral español. Y como no pongamos medidas, nos vamos a pegar un batacazo que ríete tú del Titanic.

Lo de gravar por empresa es bastante ingenuo. Un conocido mío trabaja en urbanismo, y de todas las empresas que iban a concursos, el 80% eran filiales de otras (que también se presentaban, cómo no). Y luego, ¿quién valora si los fines son especulativos? Ya que es un gravamen, la hacienda pública, lo que viene a ser el ejecutivo (central, autonómico o local), lo que viene a ser estar en las mismas.

La solución es liberalizar el suelo. Que cada uno pueda hacer lo que quiera con su terreno mientras se atenga a la legalidad, en vez de tener que depender de las firmas del concejal de urbanismo de turno, que claro, como lo hace al ritmo que le da la gana, altera los precios según le interese. ¿Quieres un campo de golf? Haz una oferta que convenza a todos y carga con el coste medioambiental. Lo de expropiar porque tu oferta es una mierda, no es ya soviético, sino corporativista, y no es de extrañar viendo el gobierno que ideó la ley. Ley que ahora usan todos sin el mínimo pudor.

Respecto a lo de concejalas y alcaldas, sin comentarios. Bueno, al menos no ha dicho fiscalas.